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Feliz Navidad!

Hola Chicas! ya está publicado el especial de Navidad, esta hecho con muchísimo amor y Buenos Deseos para el año 2010. Esperamos que la felicidad encuentre un lugar muy grande en sus vidas y que el próximo año este lleno de cosas Buenas.

Con Cariño.

Annie & Cit! <3

Prólogo

¿Cómo podía ser? ¿Acaso mi entera existencia sería así? ¿Acaso estaba condenado a causar dolor y sufrimiento a toda persona que amase? Sabía que algo pasaría, mi intuición siempre me lo indicó; pero ahora que ella no está ya no vale nada, no había razonamiento ni advertencia que funcionase para retroceder el tiempo y evitar que todo esto sucediera y si aun pudiese, si fuese posible volver el tiempo atrás mis manos estaban atadas, inmovilizadas por mi corazón que, aun muerto me gritaba que la amaba irremediablemente; pero eso no hubiese sido problema porque, por ella haría el sacrificio de alejarme, por ella suprimiría la voz que me decía que permaneciese allí. Pero aún así fui tan egoísta como para ponerla en peligro; no había escusas para aminorar mi culpa; hubiese podido irme y entregarme, dejarla creer que seguía siendo el maldito monstruo que ella creía que era. Me odiaría, lo sé, pero por lo menos estaría segura, junto a su familia, lejos de mí.

Millones de pensamientos en imágenes pasaban por mi mente, sus risas llenaban cada rincón de esta oscura habitación, al fin despegue mi rostro de mis manos, ¿cuánto tiempo estuve así? No lo sé. Observé mi reflejo en el enorme espejo que fue testigo de tantas cosas, toda su habitación estaba cómo ella la había dejado aquella mañana; la oscuridad la bañaba y yo estaba allí postrado; observando aquellos ojos que eran parte de mi condena, y la de ella.

Su vida entera dependía de mi y de lo que tanto quería, ¿Sería capaz de sacrificar mi sangre y a mi familia por ella? o ¿sería tan cobarde, de darle la espalda, pese que gracias a ella mi hermana se encontraba a salvo.

martes, 27 de octubre de 2009

5.- ¡Te Encontré!






Mientras estaba entre sus brazos, me recorría una extraña sensación, aquel sentimiento que me había acompañado durante los últimos meses, había desaparecido tan pronto la vi; mis ojos estaban empañados, y mi visión era borrosa; realmente no había puesto mucha atención a las cosas que eran realmente importantes, comencé a aclarar mis pensamientos, esa voz, ese rostro, yo los conocía, ese aroma en particular, me era muy grato y familiar. respire cuidadosamente, permitiendo que mis pulmones se llenaran de aquella sustancia, un ligero estremecimiento recorrió mi cuerpo al notar la extrema diferencia entre su temperatura corporal y la mía, tenía los ojos cerrados, no estaba dispuesto a abrirlos hasta no estar seguro de quien era realmente ella, aunque sé que lo supe durante todo este tiempo, ella era la única persona que había compartido su vida desde en el momento en que nací, por la que estuve dispuesto a morir en aquella frenética búsqueda que me llevo a conocer a Ashley.


En cuanto pude poner en orden todos mis pensamientos, pude estar seguro de a quien tenía entre mis brazos, sentí como me embargaba una inmensa paz, y al mismo tiempo, una parte de mi, me gritaba que corriera, que estábamos en peligro, pero el simple hecho de poder estrecharla entre mis brazos de nuevo, y saber que ella estaba segura en ellos, era sumamente fácil dejar el resto para luego. Poco a poco mi mente fue registrando cada recuerdo, y colocándolo en el lugar donde correspondía, donde yo pudiera acceder a ellos fácilmente y sin que eso representase algo doloroso para mí. Mi niña había regresado a casa, ignore el frío contacto de su piel, deseaba verla de nuevo, asegurarme que era realmente ella, aunque cada célula de mi cuerpo, me gritaba que si lo era. Abrí poco a poco los ojos, tratando de contener los temblores de mi cuerpo ante su frío contacto, me separe de ella, estaba congelándose, y yo como un idiota sumido en mis pensamientos, me quite rápidamente el saco, en cuanto ella me soltó, rápidamente, yo no me atrevía a verla a la cara, que clase de hermano había sido, que en lugar de encontrarla a ella; había pasado todo lo contrario.


mis ojos seguían empapados en lágrimas, que no dejaban de correrme por todo el rostro, ella me veía fijamente, podía sentir su mirada penetrante, permanecía completamente inmóvil, más de lo que considere natural en ella, me limpie las gotas saladas que empañaban mi visión, y tan firmemente como me fue posible, me atreví a pronunciar su nombre mientras levanta el rostro para verla-


-         Sara mi querida Sara, no sabes el alivio que siente mi alma de volverte a ver...- No pude continuar, las cosas que tenía pensado decirle en ese momento desaparecieron de mi mente en cuanto la vi realmente, era ella, pero estaba demasiado cambiada, el dulce rubor que caracterizaba a sus mejillas, había sido remplazado por una piel pálida y nívea, que incluso de noche, era fácil de percibir, sus facciones se habían acentuado incrementando sobre manera su belleza, entonces lo vi, sus ojos eran algo realmente escalofriantes, sus hermosos ojos verdes, habían sido reemplazados por unos color escarlata, el color era tan intenso que podía compararse con el color de la sangre; Me quede helado, realmente era un espectáculo ver la finura que había adoptado su cuerpo, pero no dejaba de perturbarme esa mirada fría y sangrienta, ella me sonrío, y por alguna extraña razón su sonrisa me perturbo por completo, no estaba sola, habían otras dos personas detrás de ella, que vestían capas tan negras como la noche, parecían ser sus sombras.


Entrecerré ligeramente los ojos intentando detallar mejor a aquellas criaturas mientras sentía a Sara clavando su mirada en mi rostro, doblegaban el tamaño de mi pequeña hermana, a pesar de traer aquellas capas su complexión alta y fornida era notable, se trataba de hombres claro era, sus enormes brazos y anchas espaldas lo confirmaban. De pronto escuché una especie de zumbido brotar de los labios de mi hermana, bajé la mirada para observar temeroso aquellos ojos inhumanos en el momento en que un destello de ansias y anhelo los llenaban enteramente.


En ese instante observé que su mirada había abandonado mi rostro para situarse en el hueco bajo mi oreja, un intenso escalofrío me recorrió mientras que ella rozaba suavemente sus labios con la punta de la lengua, mi corazón bombeó más y más rápido debido al miedo que invadía cada fibra de mi cuerpo.


-         ¿Sara, Q-qué pasa?- fue lo único que pude decir antes de que una de aquellas sombras asintiera. Ella me observó con tristeza y dolor, y sin más avisos saltó hacia mí.


Su cuerpo golpeó fuertemente mi pecho haciendo que cayese de espaldas, sonreí y pase mi mano entre sus cabellos, de pronto un dolor punzante hizo que me retorciera, ella se separó de mí de un salto, y en ese momento comprendí. Una gota de sangre, de mí sangre, rodaba desde la comisura de sus labios y caía de su barbilla manchando la capa negra que la cubría también a ella; en ese momento mi mano voló hacia mi cuello, sentí la cálida humedad de la sangre en mi mano y proferí un grito cargado de pánico y dolor ante aquel panorama.


Sara comenzó a sollozar y se dejo caer de rodillas junto a mí, las lágrimas rodaban por mis mejillas mientas ella susurraba algo que no lograba entender. Aquel dolor había abandonada mi cuerpo para transformarse en una insoportable sensación de ardor, apreté su mano entre mis dedos mientras que aquella sensación se expandía arrancándome otro fuerte grito. Sentí mi pulso dentro de mi cabeza, no podía pensar con claridad y mi visión se hizo borrosa.


-          ¿P-por... Q-qué?- fue lo último que alcancé a decir antes de sumirme en el infierno que me esperaba.


Caí de nuevo en una negrura que me envolvía, sin embargo esta era totalmente diferente. Aquel dolor no era comparado con nada en el mundo, sentía un fuerte e inhumano escozor recorrer cada célula de mi cuerpo, mientras que mi cabeza palpitaba, una presión me inundó haciendo que el dolor incrementase haciéndose aún peor. Poco a poco fui perdiendo la conciencia a pesar de que luchaba por no hacerlo; de lo único que era consecuente era del inmenso sufrimiento que escocía mi cuerpo y de los latidos de mi corazón que luchaba por seguir viviendo. En ese momento grité, lloré y sobre todas las cosas pedí perdón, rogué por la redención y recé por el perdón de mis pecados.


El dolor era insoportable, las llamas que me quemaban eran cada vez más voraces, y a pesar de ello, mi corazón se resistía a ceder, mi manera de ver las cosas había cambiado drásticamente, si lograba sobrevivir a esto, reconstruiría mi vida, aunque probablemente, mi aspecto debía ser tan terrible, que probablemente nadie me daría una segunda oportunidad. Mis pensamientos eran vagos, trataba de concentrarme lo menos posible en aquel interminable dolor, esperaba que de un momento a otro, aquello me consumiera pro completo, después de lo que me pareció una eternidad en ese estado, deseaba que así fuera, deseé que mi vida terminara, que el sufrimiento cesara, para volver a ser parte de la nada.


De pronto sentí un cambio en mi corazón, las llamas lo estaban atacando más directamente, y el se resistía con fiereza, podía sentir como la presión de la sangre en mis venas corría fuertemente haciendo que las  llamas fueran más abrazadoras, mis latidos eran cada vez más rápidos, pero sabía que estaba por perder la batalla, estaba preparado para ello, lo deseaba casi desde el momento en que el fuego empezó; los latidos acelerados eran frenéticos, hasta que pararon de golpe, sabía que era el final, y de pronto desee que no lo fuera, otros dos latidos más suaves acompañaron a mi desahuciado corazón, hasta que paro.


Seguía vivo, seguía pensando y sintiendo, tal vez estaba en el paraíso, o en los centros del mismo infierno, lo cual tendría más lógica, por aquel recuerdo de llamas abrazadoras. De pronto escuche unos pasos cercanos a mí, eran suaves y acompasados, seguidos por otro par de pasos, mucho más pesados, algo se acerco a mí, y aquel aroma yo lo conocía de sobra, era Sara. Pero no podía imaginar que pudiera haber hecho Sara para estar en el infierno en el que pensé que me encontraba.
Tome una bocanada de aire, aunque parecía que mis pulmones ya no lo necesitaban, seguía vivo, y eso no tenía ninguna explicación racional, pues no sentía el palpitar de mi corazón, y estaba seguro que alcanzaba escuchar hasta los pasos de las hormigas que se encontraban cientos de metros de distancia de donde me encontraba.


De pronto sentía como me iluminaba una luz, que supuse podrían ser los primeros rayos del sol crepuscular, abrí mis ojos lentamente, tenía miedo del panorama infernal con el que debía encontrarme; pero estaba completamente equivocado, aquel lugar era pacifico en más de una manera, mis ojos habían cambiado drásticamente, era capaz de distinguir las formas de las pequeñas motas de polvo que se encontraban suspendidas en la habitación, de pronto escuche un ruido, y pensé en moverme para protegerme de aquel extraño sonido, era sumamente claro, tanto que no debía encontrarse lejos de mí, cuando me di cuenta, mi cuerpo ya había reaccionado ante la orden que apenas estaba procesando en mi mente, era una  postura realmente incomoda, o debería serlo, estaba muy agachado, aunque la manera correcto de describirlo sería decir que me encontraba agazapado, como tratando de acechar una presa, y a pesar de que debía resultarme incomodo o cansado jamás me sentí así.


Entonces vi la pequeña figura de mi hermana, los rayos del sol, destellaban al pegar contra su piel, jamás había visto una cosa así, en ese momento yo me encontraba oculto en las sombras, ella se acercaba cuidadosamente seguida por sus dos grandes sombras, que parecían estarla resguardando de algo sumamente peligroso, recorrí con los ojos aquella extraña y rustica habitación, pareciera que nos encontrábamos en una cabaña, supongo que a mitad de la nada, en algún bosque, por que el olor a pino era sumamente penetrante. Trate de recuperar mi concentración, mis músculos seguían tensos y yo continuaba en posición de ataque mientras ella se acercaba.


Cuando estuvo a no más de cuatro pasos de distancia de donde me encontraba, una de aquellas sombras se interpuso en su camino, impidiéndole avanzar, eso me molestaba, y de pronto un rugido casi animal broto de mi pecho, aquel ser continuaba sin mostrar el rostro, pero con un gesto me pidió que me calmara, me sacaba de quicio, como podía pensar que me atrevería a hacerle daño a Sara, y tan pronto lo pensé, le embestí, tenía la extraña sensación de que nuestra pequeña trifulca se había dado a una velocidad sobre humana, pero era imposible; todo lo que distinguí era borrones, que a pesar de ello me eran muy sencillo de distinguir. Un segundo después, una  mano me tomo firmemente estrellándome contra una de las paredes de la cabaña, acompañadas de un crujido, esperaba que me atravesara aquel dolor punzante de un segundo a otro, pero nada paso, me sentía bien salvo que aquel sujeto me tenía suspendido en el aire, tomándome en alto del cuello, su mano debería estarme asfixiando, pero no necesitaba el aire de eso estaba seguro, en ningún momento me sentía como se supone debería sentirme. Mi cuerpo continuaba retorciéndose, mientras, Sara clamaba por que aquello parara, su voz era muy diferente pero sabía que era de ella, tenía un tono más musical de lo que recordaba.


Tomé la enorme mano que me aprisionaba y la forcé hacia atrás liberándome. Me moví más ágilmente que cualquier otra vez y le propine un fuerte golpe, su cuerpo voló por los aires varios metros hasta que impactó contra una de las gruesas paredes de piedra, haciendo añicos un trozo de ella, de pronto su capa se deslizó hacia atrás dejando al descubierto su rostro, era muy similar a como lo había imaginado: sus facciones eran fuertes y cuadradas, sus cejas muy pobladas se unían en el entrecejo dándole un aspecto furioso, sin embargo lo que más me asombró fue sus labios rojos marcados por la sangre. Esta se escapaba de sus labios y manchaba torpemente su mentón, en ese momento recordé lo que había pasado antes de que perdiera la conciencia. Di un salto hacia atrás y observé a Sara con los ojos muy abiertos, lacé mi mano hacia el sitio donde ella me había mordido, sin embargo no había nada. Ella extendió sus manos hacia mí y se acercó lentamente.


-         Andrew, puedo explicarte esto...-Dijo ella. Sin embargo aquel salón había sido inundado con un olor que me resultó deliciosamente familiar; millones de imágenes se arrebujaron en mi mente y mi visión se hizo dificultosa.


-          ¡Ashley!-rugí. Los ojos de mi hermana se abrieron de golpe y se dirigieron al hombre que se incorporaba sacudiendo su capa. Me observó con una mirada retadora y con un gruñido llegué hasta él.- ¡¿DÓNDE ESTÁ?!


Aquel monstruo rió socarronamente mientras me miraba; sentí como mi rostro se contrajo de pura ira y un gruñido gutural salto de mi pecho. Tomé su brazo y lo doblé fuertemente hacia atrás causando un fuerte “¡Crak!” ese sonido fue ahogado por un fuerte grito, unas fuertes mano me tomaron y me alejaron de él. Me revolví entre aquellos brazos que rápidamente supe que pertenecían al otro hombre encapuchado.


-         ¡¿dónde ES-TÁ?!- repetí, mi voz temblaba debido a la ira mientras que mi custodio me sujetaba más fuerte aún.- ¡¡SARA!!


Ella dio un respingo y tomó mi rostro entre sus pequeñas manos, me observó piadosa y acarició mis mejillas, su tacto no era gélido como la última vez, al contrario, se sentía suave y cálida. Alcé la vista en el momento en que aquel ser se acercaba a mi hermana, grité y extendí las manos hacia él. Nadie le haría daño a mi pequeña Sara. Sin más ni menos su movimiento se detuvo en seco y se quedó inmóvil.


-         Balthazar.- chilló incrédula mi hermana. Mis ojos no se apartaron de los suyos y una sonrisa de ironía cruzó mi rostro. Tomé su rostro entre mis manos y lo apreté con fuerza; un grito ahogado brotó de su pecho haciendo que diera un respingo.


-         No pienso volverte a preguntar.- dije entre dientes.- ¿dónde la tienes?


Él rió haciendo que la ira contenida explotase, tomé su cabello entre mis dedos y literalmente lo arrastré hacia afuera.


Era obvio que el sabia donde se encontraba Ashley, lo podía ver en sus ojos, mientras mi furia iba en aumento. Ya que estábamos afuera de la cabaña, lo golpee una vez más. A pesar de que era unos centímetros más alto que yo, lo derribe con facilidad, dejándolo tendido en el suelo, de mi pecho broto un rugido furioso, y volví a hacerle la misma pregunta.


-         Dime de una maldita vez, ¿Donde la tienes? No te volveré a preguntar.- Sus risas iban en aumento, y su cinismo me saco de quicio. Lo golpee una vez más en el pecho, impidiéndole ponerse de pie, el suelo cimbro bajo mis pies, levantando una fina capa de polvo, y abriendo algunas grietas bajo el piso. El comenzó a lamerse los labios, y de alguna manera supe que eso era una provocación. Observe las gotas sanguinolentas que paladeaba delante de mí, cerré los ojos, para tratar de contener mi furia; Ashley se había convertido en mi prioridad, y debía saber que había pasado con ella. Al hacerlo descubrí un aroma en el ambiente, era el perfume de ella, combinado con una extraña sustancia que por alguna razón me parecía extremadamente apetitoso.


Aquel olor, revuelto con el perfume de mi Ashley termino por acabar con el poco autocontrol que tenía; era como si un animal me poseyera, corría tanto como me lo permitían mis piernas, y me agrado ver la velocidad que podía alcanzar, me sentía como un ciego tanteando el camino, aunque no necesitaba pensar mucho en ello, por que el aroma de su rastro era muy fácil de seguir. detrás de mí, escuche los pasos veloces de mis acompañantes a lo que decidí ignorar. De pronto el olor se hizo más intenso abrí los ojos de golpe. comencé a verlo todo rojo, el lugar estaba completamente impregnado por el aroma de ese liquido que me parecía era sangre, pero no entendía por qué ese olor me resultaba tan apetitoso, más como una comida, que como la sustancia repugnante que era, o que por lo menos no la veía de esa manera, nunca lo había hecho.


Esa sustancia estaba por doquier, para donde volteara, llegue rápidamente a un pequeño lago, y sobre el estaba derrumbado el cuerpo de una mujer, a la que no podía verle la cara aun; esperaba que mi corazón saltase de mi pecho de un momento a otro; Me acerqué lentamente hacia aquel cuerpo inerte, me sentía tan vulnerable en ese momento que creí que una simple brisa sería capaz de llevarse consigo lo que fuese que me había convertido.


Mis manos y mis piernas comenzaron a temblar para convertirse en feroces sacudidas con cada paso que daba. Allí estaba, el cuerpo quieto y sin vida de mi única razón de existir, un ángel al que le habían quitado su esplendor, uno al que le habían arrebatado cualquier perspectiva y sueño. Deje que mis rodillas cediesen y caí con un golpe seco junto al cadáver de mí amada Ashley.


Un grito animal afloró desde lo más profundo de mí ser, mis manos temblorosas acariciaban su rostro mientras que la otra aferraba suavemente su pequeño cuerpo. Escuché un fuerte crujido, y en ese instante supe que se trataba de mi corazón destrozado. Sus ojos estaban abiertos y su mirada se perdía en la nada, aquellos hermosos ojos que alguna vez me dieron vida con su brillo se habían opacado.


Era totalmente patético, la había abandonado, le había dejado a la deriva cuando más me necesitaba, era tan estúpido, tan débil, tan patético. Ella me había salado y yo no fui capaz de hacerlo cuando llego el momento, cientos de sollozos brotaban de lo más interno de mi ser, pero no me remilgué a esconderlos, mi dolor trascendía cualquier barrera, ya aquel olor no me llamaba como antes lo hacía, sin embargo una llama se encendía y se agrandaba dentro de mi garganta.


Cerré suavemente sus ojos y deje su cuerpo reposar sobre el pasto, a pesar de estar muerta seguía tan hermosa y angelical como siempre. Mi dolor se transformó en una ira asesina, sentí como mi visión se oscurecían y todo de pronto se volvió de un intenso color carmesí.


Pensé que mi corazón ya había muerto, pero estaba muy equivocado; cualquier sentimiento humano había muerto en el preciso instante en que la vi tendida sin vida en el pasto, cubierta por sangre y lodo, su rostro estaba ausente de cualquier expresión, me daba un miedo inmenso, recobrar la razón entender que ella jamás volvería a sonreírme, que se había ido definitivamente de mi vida. Entonces la mire fijamente, tenía el cuerpo cubierto de marcas violáceas de unas manos que la habían estrujado con muy poca delicadeza, y en su cuello, estaba la marca de una mordida, en la cual, estaban unas marcas de sangre seca.


Después de eso, mi mente se desconecto de mi cuerpo, una parte de mí lo veía todo rojo, de un intenso color sangre, y la otra parte, estaba sumiéndose en un profundo dolor, que me partía el alma en mil pedazos, aquella sensación era mucho más fuerte que las llamas que habían quemado horas antes de mi último encuentro con Ashley. De pronto una risa burlesca llamo mi atención, y pude darme cuenta que yo me encontraba destrozando todo a mi paso, tirando árboles, golpeando enormes rocas… ni siquiera sabía que era capaz de hacer algo así, estaba tratando de repasar en mi mente los momentos en que me había dedicado a originar todos esos destrozos, cuando lo vi, era ese sujeto al que Sara había llamado Balthazar, de su pecho se escapaban risas burlonas, una actitud que me provocaba un dolor  y un enojo aun más grande. Cuando se percato de mi molestia ceso.


-         No me digas, no puedo creerlo, y yo que pensaba que las historias de Amor eran un mito, creo que los cuentos de terror son más reales- Ladeo su rostro sopesando mi reacción, de mi pecho escapo un rugido animal, que no me molesto liberar-¿Llegaste tarde Romeo?


Después de ese comentario su risas se volvieron como miles de dagas que me atravesaban simultáneamente, y entonces quiso dar un paso en falso en dirección a Ashley, pero no se lo permití, él brinco el dirección a ella, y yo lo ataje en el aire, el choque de nuestros cuerpo hizo un ruido muy fuerte similar al de un trueno, nuestros cuerpos cayeron al suelo, y él se agazapo, y o estaba tan fuera de mi mismo, que lo ataque sin pensar mucho en ello, deje que me guiaran mis nuevos instintos; disfrutaba con cada estocada que impactaba contra el cuerpo de ese sujeto infernal, entonces decidí tirar fuertemente de su brazo, estaba seguro de que sería capaz, de desconectarlo de su cuerpo, y con un ruido chirriante, y un alarido de mi enemigo, logre desprenderlo, el interpelado, me mostro sus colmillos, mientras yo reía al ver que le había causado un dolor inmenso que no se asemejaba al que yo sentía en medio de mi alma.


Yo no era capaz de hablar, no sentía necesidad de hacerlo, mientras lo veía retorcerse; ver que el sufriera me causaba una satisfacción indescriptible, entonces abrió la boca, y comenzó a reírse, parecía un desquiciado; comenzó a señalarme con su otro brazo, y en medio de su histeria me decía


-         ¿Te duele Romeo?, Esto no es nada comparado con lo que te espera.-  Quiso embestirme, pero logre derribarlo nuevamente, lo tenía tendido en el suelo, cuando comenzó a vomitar sangre. Eso le causo mucha gracia pues no paraba de reír, s risa, me ponía de un humor terrible, por lo que desprendí fácilmente su otro brazo, acompañado de otro desgarrador alarido, pude escuchar como Sara me gritaba que parara, pero no deseaba hacerlo, levante la vista en su dirección, y pude ver a la otra sombra deteniéndola, y de alguna manera se lo agradecía, no quería que ella también resultada lastimada. Regrese la mirada a mi oponente- ¿No te gusta ese aroma? Es la sangre de tu Julieta.


Abrí los ojos como plato, eso solo confirmaba mis sospechas de que tenía realmente a su atacante entre mis manos, y deje que mi fuerza fluyera libremente, y en menos de diez segundos lo desmembré, su carne al desprenderse crujía demasiado fuerte, y ese sonido era música para mis oídos, el debía sufrir tanto como ella había sufrido. Cuando estaba partido en mil pedazos literalmente, la voz del hombre que sujetaba a mi hermana me sorprendió, Sara sollozaba y se escondía en los brazos de aquel sujeto.


-         Quémalo, debes prenderle fuego, hasta la más pequeña partícula debe ser incinerada- No lo pensé mucho, y decidí obedecerlo. Pronto una humareda violácea se esparcía por el bosque.


-         Llévatela de aquí.- le indiqué a la sombra, mi voz era pastosa, ruda y quebrada. Él asintió y la levantó en brazos como si se tratara de una pluma; en cuestión de segundos habían desaparecidos, dejándome allí, de pie ahogándome en mi dolor.


Mi sed de venganza estaba saciada, pero eso no disminuía el ardor de mi alma. No podía llorar, mis ojos estaban secos y ardían con el simple hecho de intentar generar una lágrima. El ambiente se cargó con el olor dulzón de aquel humo, haciendo que todo a mí alrededor diese vueltas. Me tambaleé hacia el pequeño ovillo en el que se había convertido Ashley y me arrodillé a su lado. Mi veces pedí perdón, otras mil veces susurré un te amo a su oído, sabía que en algún lado ella debía escucharme, su cuerpo estaba entre mis brazos mientras que escuchaba a lo lejos el sonido de mis lamentos y gritos de desesperación.


Besé cada uno de sus horribles moretones sobre su fría piel pálida, y finalmente posé mis labios sobre los suyos, acaricié su cabello suavemente y limpié la sangre seca y los restos de lodo de su rostro. De pronto se me ocurrió el único modo de tributarla, su muerte no pasaría como si nada, por lo menos no para mí. Decidido me levanté dejándola sobre el suelo cuidadosamente y caminé un par de pasos. Me detuve sobre una pequeña colina que se alzaba junto a un enorme roble y en ese lugar hinqué mis dedos en la cálida tierra.


Hice uso de mis nuevas facultades y en un par de minutos había cavado un hoyo de media decena de metros de profundidad. Caminé de nuevo hacia ella y levanté su frágil cuerpo en mis brazos con mucho cuidado; la observé por última vez y la deposité dentro de aquel agujero, crucé sus delgados brazos sobre el pecho y acomodé su cabello sobre sus hombros; a pesar de que apenas quedaban vestigios de su esplendoroso vestido se veía justo como una princesa. Acaricié su mejilla con el dorso de mi mano y salí de un salto. Rellené el agujero sin mirar atrás, al finalizar me dejé caer sobre su lecho; nunca quise poder drenar mi dolor como ahora, sentí como me destruía por dentro a pesar de que me daba cuenta de que mi cuerpo era una especie de coraza. Quise llorar, quise ahogarme en un mar de lágrimas.


Mi vida ya no tenía ningún sentido, la única razón de ser era ella, y ahora se había ido, ya no estaba conmigo; Ashley se marchó por siempre, sus sonrisas, su mirada, su calor, su alegría… todo había desaparecido sin yo poder hacer nada para evitarlo. Abrí mis ojos, había caído en una especie de sopor sin darme cuenta; las primeras luces del alba se asomaban entre las montañas y sacaban brillantes destellos de mi piel; me observé horrorizado por un segundo, sin embargo ya nada importaba. Caminé hacia un árbol sentado y con la simple fuerza de mis manos arranqué un enorme trozo de corteza. Me dediqué horas y horas para hacer una pequeña cruz y colocarla sobre el montón de tierra donde ahora descansaba el amor de mi vida.


La risa escandalosa de Félix me saco del estado de sopor en el que me mantenía, abrí los ojos para encontrarme de nuevo en las sucias mazmorras donde nos mantenían a mi hermana y a mí desde hacían tantos años; decidí, por mi propio bien dejar aquellos recuerdos atrás, había dejado de ser un neófito hace más de ochenta años y aun aquellos recuerdos me acompañaban día y noche.


Respire profundamente, tratando de sacudir aquellos dolorosos recuerdos. Estaba tan vació como él día en que ella había dejado de existir, pero era hora de que comenzara con la tarea que me habían encomendado.

4 comentarios:

xochitl dijo...

Querida Amiga:
Estoy muy impactada hasta donde a llegado la historia es realmente buena, e intrigante,muy interesante y adictiva, no puedo esperar por el proximo capitulo porfavor no tardes mucho ¡¡sale!! y te felicito ampliamente por tu talento, tienes mucho. mil gracias por compartirlo.

Mapita:)*! dijo...

Dioss!!!
NOOOOOOOO!!!
por qe???
se los juro qe llore muchoo!!!
por que ashley
!!!! jamas me lo imagineTT__TT
me gusto el capitulo pero senti muy feoo en esas partes de la historia!!
& x qe sara convirtio a su hermano??
qe buenoo qe Mato a ese maldito qe mato a Ashley!
las quiero chicas
juntas escriben TOTAL & COMPLETAMENTE maravillosoo!!
suban prontoo!
las qiero

Karen dijo...

OK QUERIAN DEJARME EN SHOCK LO CONSIGUIERON... T___T PORQUE MATARON A ASH?!?!?!?!?!?!?!?? OSEA COMO ASI, PORQUE ELLA?!?!?!?!?!?!?!?!?!?!...
SINCERAMENTE SARA NO ES UNA DE MIS PERSONAS FAVORITAS EN ESTE MOMENTO... POR SU TERQUEDAD ASH MURIO, RAYOS... COMO PUDO CONVERTIR A SU HERMANO?!?!?!?!?!?!!?!?!!!!!
AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH....
T___T, POBRECITO ANDREW EL NO SE MERECIA ESOOOOOOOO
Y AHORA TRAS DE ESO EN LA GUARDIA?!?!?!?! PODRIA PASARLE ALGO MAS MARAVILLOSO (NOTESE EL SARCASMO DE LA FRASE) AAAAHHHHH REALEMENTE ME SIENTO MUY TRISTE POR ASH Y ANDREW.....
BUENO CHICAS COMO SIEMPRE SE LUCIERON... UDS SON LAS MEJORES AMIGOSOSAS... NO HAY NADA COMO DOS TALENTOSAS CHICAS PARA CREAR UNA GRAN HISTORIA
LAS QUIERO MUCHO AMIGOSOSAS

angie dijo...

:( ohh esto si que me hizo llorar
fue terrible la muerte de ashley ohhhh maldito porque la tenian que matar pobre andrew
:( :( :(

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