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Feliz Navidad!

Hola Chicas! ya está publicado el especial de Navidad, esta hecho con muchísimo amor y Buenos Deseos para el año 2010. Esperamos que la felicidad encuentre un lugar muy grande en sus vidas y que el próximo año este lleno de cosas Buenas.

Con Cariño.

Annie & Cit! <3

Prólogo

¿Cómo podía ser? ¿Acaso mi entera existencia sería así? ¿Acaso estaba condenado a causar dolor y sufrimiento a toda persona que amase? Sabía que algo pasaría, mi intuición siempre me lo indicó; pero ahora que ella no está ya no vale nada, no había razonamiento ni advertencia que funcionase para retroceder el tiempo y evitar que todo esto sucediera y si aun pudiese, si fuese posible volver el tiempo atrás mis manos estaban atadas, inmovilizadas por mi corazón que, aun muerto me gritaba que la amaba irremediablemente; pero eso no hubiese sido problema porque, por ella haría el sacrificio de alejarme, por ella suprimiría la voz que me decía que permaneciese allí. Pero aún así fui tan egoísta como para ponerla en peligro; no había escusas para aminorar mi culpa; hubiese podido irme y entregarme, dejarla creer que seguía siendo el maldito monstruo que ella creía que era. Me odiaría, lo sé, pero por lo menos estaría segura, junto a su familia, lejos de mí.

Millones de pensamientos en imágenes pasaban por mi mente, sus risas llenaban cada rincón de esta oscura habitación, al fin despegue mi rostro de mis manos, ¿cuánto tiempo estuve así? No lo sé. Observé mi reflejo en el enorme espejo que fue testigo de tantas cosas, toda su habitación estaba cómo ella la había dejado aquella mañana; la oscuridad la bañaba y yo estaba allí postrado; observando aquellos ojos que eran parte de mi condena, y la de ella.

Su vida entera dependía de mi y de lo que tanto quería, ¿Sería capaz de sacrificar mi sangre y a mi familia por ella? o ¿sería tan cobarde, de darle la espalda, pese que gracias a ella mi hermana se encontraba a salvo.

sábado, 17 de octubre de 2009

2.- Búsqueda




Cabalgue toda la noche, luchando contra la tormenta. En algún punto de la noche, mi caballo, ya no podía continuar el camino, tuve que detenerme un pueblo cercano a Dorking. Esta a día y medio, de llegar.

Llegue a una posada, en la que afortunadamente, me recibieron, al ver, la forma en la que iba vestido. Al llegar el cuarto, no dejaba de pensar en Sara, y en las precarias condiciones en las que podría encontrarse a estar alturas. Si mis cálculos no fallaban, estaba cerca de cumplir el mes de haberse marchado, y a estas alturas, debía quedarle, muy poco dinero. Sus joyas, debían haber desaparecido. Y eso me complicaría un poco el panorama de la búsqueda.

El lugar era extrañamente acogedor, consistía en una pequeña habitación de forma semicircular de paredes de piedra, en una pared se encontraba una gran chimenea y a su lado un viejo catre; un perchero se erguía junto a la puerta; me quité la caya y la puse sin mucho cuidado sobre él. Camine pesadamente hasta llegar al catre, me senté y chirrió bajo mi peso. Era una noche calurosa, así que me desvestí y me metí a la cama, mi mochila reposaba en la esquina junto a la chimenea, recibiendo su calor. Esa noche estuve en vela, me dedique a observar como las tenues luces rosáceas comenzaban a expandirse para darle lugar a un hermoso y despejado cielo azul celeste. Pensaba en Sara, dónde estaba, que haría... un leve golpeteo en la puerta me sacó de mi ensimismamiento, camine rápidamente hasta ella y la abrí; allí estaba la pequeña señora Flick, tenía en su mano un balde metálico lleno de agua. Me miro sonriente y lo alzo hacia mí.

Me apresure a lavarme y vestirme con ropa seca para seguir mi búsqueda, fui de nuevo a donde había atado a mi caballo, para mi sorpresa había sido alimentado y se veía ansioso de volver a emprender el camino. Lo monte rápidamente y salí a toda prisa, dejando a mis espaldas a la señora Flick y a su esposo despidiéndome con la mano. Volvimos a internarnos en el espeso bosque, anduve por un sendero ligeramente marcado durante un rato. Pase horas, escrutando el bosque y llamándola con toda la fuerza que tenía en mis pulmones.

Hubo un momento en que mi caballo necesitaba descansar, así que decidí, continuar la búsqueda a pie, Cerca de donde me encontraba, había un río, ella bien podría haberse resguardado cerca del agua. Estaba amarrando a mi caballo, cuando una rama de un árbol cercano llamo mi atención, en ella, estaba colgado, un pedazo de fino encaje, que me resultaba sumamente familiar. Lo tome y aún conservaba un poco de la esencia que utilizaba mi hermana como perfume. Cerca de este, pude encontrar, un pedazo de tela desgarrado, y con algunas gotas de sangre; el pedazo de tela, pertenecía al vestido favorito de Sara. Solo de pensar en las posibilidades que me mostraban esas pequeñas pistas, comencé a hiperventilar, estaba por desfallecer, pero tome fuerzas, para continuar, ella no podría estar lejos, y necesitaría de mi ayuda. La sangre estaba seca, pero parecía ser reciente. Me tome de las rodillas, respire acompasadamente, permitiendo que mis pulmones se llenaran del aire que necesitaban, para evitar un nuevo ataque de asma. Me sostuve de un árbol. Y continué mi búsqueda, Cada vez eran más los pedazos de tela desgarrada que encontraba en mi camino, Encontré sus guantes manchados en sangre, y mi mente me jugaba bromas muy pesadas, sopesando lo que podría haberle sucedido. Hasta que lo vi, su vestido favorito; cubierto por tierra, hojas secas, y completamente lleno de sangre, la imagen era terrorífica, tome el vestido, que estaba a la orilla de un barranco, me asome, para ver si habría rastros de ella, pero no había nada, salvo el río que había dejado atrás, comencé a llorar con frenesí, el dolor y la certeza que tenía de haberla perdido para siempre, inundaba con pensamientos, desagradables. Me deje caer de rodillas, lastimándome en la caída. Abrí los ojos tanto como me lo permitían mis lagrimas, para tratar de conseguir una pista de su asesino, pero había sido demasiado meticuloso, ahí no había rastros ni de mi hermana, ni de su agresor, salvo por los restos desgarrados de su prenda favorita. En mi sufrimiento, me acerque demasiado a la orilla, y resbale.

Rodé por el pequeño barranco, intente cubrir mi cabeza con las manos, sin dejar de aferrarme al vestido de Sara, cada golpe se hacía sentir, mis costillas, mi espalda, mis piernas... en ese instante me di cuenta de que soltaba gritos ahogados en cada impacto y que me acercaba a la orilla del rio, de improviso divisé una enorme roca, sin fuerzas ni tiempo para detenerme llevé mis manos a mi rostro antes de sentí el doloroso impacto durante una milésima de segundo antes de sumirme en una dolorosa oscuridad.

-          Ey... Ey... disculpe, ¿está usted bien?- escuché una voz lejana, seguía sumido en la oscuridad cuando sentí un cálido contacto sobre mi brazo.- Oiga... ¿está bien?- volví a escucharla, esta vez pude distinguir que esa voz pertenecía a una mujer. Poco a poco fui abriendo mis ojos, sentí la humedad en mis piernas. Al parecer estaba hundido hasta la cintura en la corriente del rio, alcé mi vista para encontrarme unos enormes ojos café que destilaban curiosidad.

-         ¿quién es usted?- me preguntó frunciendo ligeramente el ceño y dando un brinquito hacia atrás al ver que recuperaba la conciencia.

En ese momento pude detallarla a la perfección; su cabello rojizo hacía un hermoso contraste con su piel morena, no tendría mucho más de dieciséis años, su cuerpo estaba muy desarrollado, denotando sus cualidades de mujer. Intenté incorporarme pero una punzada recorrió mi cabeza, me recosté de la piedra que estaba a mi lado y cerré los ojos, ninguna imagen vino a mi mente, nada que no fuese la densa oscuridad y el ostro de aquella chica. Su pregunta resonó en mi mente "¿quién eres?" intenté buscar una respuesta, pero para mí confusión no la había. ¿Quién soy?... ¿cuál es mi nombre?.... La confusión se apoderó de mi cuerpo y todo a mí alrededor comenzó a dar vueltas. Mi visión se torno borrosa y comencé a respirar con dificultad. Abrí mis ojos cuando unas pequeñas manos tomaron mis hombros y me sacudieron ligeramente. Gritaba algo que no lograba entender de pronto su fría mano toco mi frente, vi sus ojos sumamente abiertos por el ¿miedo?...

Me concentré en oírle, en entenderle. "respira.... calma" murmuraba mientras rozaba mi cara con el dorso de su mano, poco a poco mis pulmones se relajaron y mi respiración se hizo lenta y acompasada. Mi frente estaba perlada por el sudor, abrí lentamente mis ojos y vi su sonrisa complacida. Intenté devolverle el gesto pero mi cuerpo estaba demasiado adolorido como para hacer cualquier movimiento. Tomé su mano e intenté murmurar unas gracias, ella se colocó un mechón de lacio cabello detrás de su oreja antes de incorporarse y hacer señas hacia arriba. En unos instantes un hombre corpulento se situó frente a mí y me levanto torpemente. Con cada movimiento lastimaba mis heridas y me hacía gemir de dolor.

El camino, fue largo, o al menos a mi me lo pareció. Otro hombre, que la acompañaba, tomo mi caballo, subiendo a esa amable mujer en él. Ella insistía en subirme a mí, pero no se los permití, temía que el andar del caballo fuera más doloroso que estar en los brazos de aquel señor. En cuanto llegamos, pude ver la entrada de la enorme casa, que se erguía ante nosotros. Con preciosos jardines lleno de toda clase de flores. Ella bajo rápidamente del caballo, llamando a gritos a otra mujer, de estatura mediana, y complexión regordeta. En cuanto aquella mujer me vio, salió corriendo, dando órdenes a toda persona que se cruzaba en su camino, organizando todo, para lo que supuse, sería mi estancia improvisada en aquel lugar.

Delante de nosotros iba la muchacha a la que le debía la vida, al entrar en la casa, pude ver que ella provenía de una familia acomodada, y yo en cambio, ni siquiera era capaz de recordar mi nombre. Me recostaron en una cama que se encontraba en la primera planta de la enorme casa. Intente moverme, pero era sumamente doloroso, hasta respirar se me dificultaba un poco.

Una vez que me colocaron, en el dormitorio, llegaron algunas personas que se dispusieron a limpiar mis heridas y cambiar la ropa que llevaba puesta. con cada movimiento y cada contacto con mi cuerpo, no podía evitar soltar alaridos, era sumamente doloroso, tanto, que no me importo, no ser capaz de ahogar mi dolor, o el sin número de gritos, ocasionados por este.
                                             
Cuando finalmente terminaron mi respiración era jadeante; mi frente estaba perlada en sudor y mis ojos rebozaban en lágrimas ocasionadas por el dolor. La hermosa chica entro a la habitación, su atuendo era diferente al vestido verde oliva que llevaba la última vez que la vi, esta vez tenía uno rosa pálido adornados con preciosos cristales y encajes. Se acercó a mí y se sentó en la silla que dejaron aquellos hombres, me sonrió grácilmente y apartó el cabello que se había pegado a mi frente con el sudor.

Mi nombre es Ashley Levington.- dijo luego de observarme durante varios segundos. Yo la miré mientras intentaba infructuosamente recordar mi nombre; un dolor de cabeza se sumó a los otros haciéndome resoplar. Ella rió y tomó mi mano.

-          Está bien, tarde o temprano lo sabremos.

Asentí y por primera vez... o por lo menos dentro de mi corta conciencia oí mi voz.

-         Gracias, señorita Levington.- Me sorprendí a mi mismo con una coz áspera y ronca que corregí aclarando mi garganta.- Muchas gracias por su hospitalidad.

-         nada de eso.- dijo con una nota de reprimenda en su voz.- no debes agradecerme nada, solo preocúpate por mejorarte. Pero, necesitamos un nombre... bueno, si así lo quieres.- sonreí gustoso y asentí lo más enérgicamente que mi dolor me permitió. Ella rió por lo bajo y se quedó pensativa unos segundos.

-         Mmm… a ver, ¿Jack?- lo sopesé un momento y negué con la cabeza.

-         ¿Joshua?

-         Mmm…no.

-         ¿Lewis?...

-         No lo creo.

-         ¿Luke, Ben, Callum?

-         Ouh… no.

-         … ¿Alfie?

-         Con todo el respeto que merece señorita Levington, pero… ¿ha perdido la cordura?- ella rió y volvió a quedarse pensativa.

-         Ya lo tengo… Ethan.

-         Oh, ese me agrada. Pues Ethan seré.- dije con una sonrisa, complacido con mi nombre.

Ella sonreía, y oculto su rostro por algunos breves momentos.  Me invadió una curiosidad repentina, y le pregunte.
-         ¿Sucede algo?- ella dirigió su rostro hacia mí. Acerco su mano a mi rostro, con un gesto tierno.

-         No es nada, tenía la esperanza, de que alguno de esos nombres te sonara familiar- Me sentía a penado, hice un esfuerzo por recordar, pero solo logre, que me doliera la cabeza.

-         Lo siento, no puedo recordar nada, pero tratare de hacerlo pronto- Ella abrió los ojos como plato, y se apresuro a decirme

-         No, no debes presionarte, el médico dice que es mejor esperar a que las cosas, evolucionen por si solas, que tal vez si te acercábamos a cosas que pudieran resultarte familiares, podrías recordar más rápido.- lo pensé unos minutos, sus palabras eran bastante coherentes, tal vez, a eso se debía su insistencia por nombrarme de alguna manera, le sonreí, y en un tono más amable le dije-Entonces tal vez debamos continuar con el juego de los nombres- yo me acomode un poco en la cama, estaba en la misma posición desde que ella había entrado en el cuarto.

Ella hizo una leve seña indicándome que sería tema para otra ocasión.

-         No, así lo dejaremos por hoy, Ethan, es momento de cambiar tus vendajes.
Era la primera vez que ella mencionaba un nombre para referirse a mí, y por alguna extraña razón produjo una serie de extrañas emociones en mí.

Comenzó, a limpiar mis heridas, y a cambiar mis vendajes, con sumo cuidado, y en presencia de su nana, que ahora sabía que se llamaba Esther Stranford. Entre las dos, conseguían moverme lo suficiente para llevar a cabo su trabajo.

En ese momento me di cuenta de que sabía muy poco de mi heroína, y sobre su hazaña al salvarme de aquella precaria situación. Mientras ella limpiaba las heridas de mi brazo, yo me tome la libertad de tomar su mano; el contacto con su piel fue electrizante para ambos, ella dio un leve salto, que no consiguió alejarla de mí, aclare mi garganta y le pregunte. -¿Cómo fue que dio conmigo? - ella se exalto, por el tono de voz que utilicé, sus mejillas se ruborizaron rápidamente, mientras trataba de relatarme los hechos.

Sus manos comenzaron a temblar, mientras apartaba la vista de mí; ella despertaba una enorme curiosidad en mí, yo trataba de buscar su mirada, mientras ella continuaba evadiéndola. Aclaró la garganta, y en un tono tímido de voz me dijo.

-         Pues realmente no sabía que lo encontraría en aquella situación. Esa tarde había escuchado los gritos de un hombre, llamando por alguien, aunque nunca entendí muy bien a quien podría llamar. Su voz era sumamente perturbadora. Así que regrese a casa, para buscar a alguien que me ayudase a encontrar a aquel hombre. Entonces comenzamos la búsqueda, y pues yo fui quien dio con usted. Cuando lo encontramos, estaba muy malherido, y se aferraba a....- De pronto su mirada se entristeció, y se perdió en el vació. yo tome su mano una vez más suplicándole que me respondiera.

-         Por favor continué, ¿A que me estaba aferrando?

Ella en un susurro me respondió.

-         Al vestido desgarrado, y maltrecho de una mujer. Este, estaba cubierto de lodo, y sangre  seca- me lleve las manos a la cabeza. ¿A caso yo había matado a alguien?, ella noto mi repentino cambio de humor, y se puso de pie, respondiendo a la pregunta que estaba en mi mente.
-         No creo que haya sido usted quien le haya hecho eso, a esa pobre mujer, según dicen las personas que me ayudaron a  traerle, usted, no tenía indicios de llevar sangre en las manos,- Guardo unos minutos silencio, mientras yo trataba de comprender la situación- La verdad no creo que haya sido capaz de hacer una cosa así.

Ella viro su rostro en mi dirección, aún llevaba las mejillas sonrojadas, pero en su mirada podía ver la sinceridad que provenía de sus palabras.

Suspiré ruidosamente, estaba totalmente frustrado, no podía recordar nada. Estrujé mi rostro con mis manos con fuerza. Ella me detuvo y me vio con los ojos más cálidos que vi en mi vida.

-         Detente, te lastimaras. No tienes que sentirte mal... se que no hiciste nada malo, lo se... confío en ti.- soltó suavemente mis manos y me observó.- Bueno, joven Ethan, debo retirarme y usted debe descansar.- dijo ella y comenzó a virarse cuando con un salto alcancé su pequeña mano; se veía tan frágil sobre la mía que por un momento tuve miedo de que se hiciese añicos.

-         no, por favor.... quédese solo un poco más.- ella sonrió tímidamente y sus mejillas se encendieron tiernamente en un vivo color escarlata.

Las horas pasaban entre incesante y entretenida charla, ella comenzó a contarme de su vida. Sus padres se encontraban en París en un viaje de negocios y ella se quedaba al cargo de la señora Esther; que el hombre que me había levantado era su escolta, llamado Joshua; y un sinfín de cosas más.

Mis ojos cedieron al cansancio y el peso de mis parpados me gano, sumiéndome en la oscuridad de nuevo. De pronto me encontré en el bosque, en el mismo sitio donde tenía mi primer recuerdo, pero esta vez algo era diferente, la luna se asomaba entre la copa de los árboles y proyectaba una luz fantasmal. Allí sobre la enorme roca estaba sentada una chica, no pude llegar a ver su rostro, pero pude observa que miraba su reflejo en el agua; intenté acercarme pero algo me retenía. Luego, un par de figuras, altas y cubiertas por capas negras llegaron a su lado; ella intentó huir, sin ningún resultado, una de aquellas figuras la tomo fuertemente por la muñeca haciéndola caer. Su cuerpo quedó inerte en el suelo durante unos segundos, antes de que aquel par de seres se abalanzasen sobre ella.

Abrí los ojos, me encontraba aun en aquel cuarto, Ashley dormía plácidamente recostada sobre mi pecho, su respiración suave y rítmica me indicó que no la había despertado, rodeé sus hombros con mis brazos y ella se acomodó, suspiro tiernamente y dejo caer su cabeza sobre mi hombro. La atraje suavemente hacia mí y miré por la ventana, la noche había caído sobre la gran mansión, y al fondo se veía en oscuro y aterrador bosque. En ese momento juré protegerla de cualquier peligro.
Yo estaba disfrutando de ese momento sobre manera, cuando ella estaba cerca de mí, sentía una paz inmensa, una extraña felicidad, y una especie de necesidad, por tenerla presente siempre. Con sumo cuidado, lleve mi mano a su fino rostro; que acaricie con el dorso de mi mano. Respire su perfume, que era tan suave y dulce como ella. Esta tan extasiado en ese breve momento que no me percate de que alguien se diría a mi habitación hasta que alguien giro la perilla de la puerta. Mi reacción fue pretender que estaba tan dormido como ella, pero sin dejar de abrazarla. No estaba dispuesto a dejarla ir tan fácil. Sentía que la necesitaba ahí conmigo. En ese momento, la Señora Esther cruzo la puerta, yo temía que Ashley se despertara, pero continuaba sumida en sus sueños.

Al notar que Ashley no se había percato de su presencia, la señora Esther, carraspeo ruidosamente la garganta ocasionando que Ashley diera un brinco, y a pesar de ello no pudo deshacerse de mis brazos. Ella comenzó a temblar como un corderito; y yo no podía estar más enternecido por su reacción. Podía sentir la mirada inquisitiva de su nana sobre ambos.

Ashley, comenzó a hacerle señas, y sentía como se removía en mi pecho, yo me queje levemente, mostrándole de cierta manera mi molestia, por alejarse de mí, y fingiéndome profundamente dormido. Su nana levanto mis brazos, con muy poca delicadeza, lastimándome, y yo no pude evitar quejarme, aunque esta vez era en serio. Permanecí con los ojos cerrados, mientras ellas murmuraban cosas que no pude entender. Finalmente ella logro librarse de mis brazos, y yo podía sentir como me hacía falta su presencia dentro de ellos. Ella se acerco dulcemente a mí, y beso mi frente. Sentía una necesidad imperiosa, por regresarle aquel beso, pero logre controlarme, ambas salieron de la habitación procurando no hacer ruido, aunque el nerviosismo de Ashley provoco que tirara más de un objeto en su camino hacia la puerta.

Aquella noche estuvo llena de sueños tempestuosos, que culminaban felizmente cuando aparecía Ashley, aun en sueños me extasiaba con su paz y su dulzura. En mi sueño estaba de nuevo en el bosque; aquellas criaturas rondaban muy cerca, podía notarlo. El miedo me recorría al oír sus respiraciones cada vez más próximas a mí. De pronto aparecía ella, mi heroína, mi salvadora; emanaba su hermosa luz, y lograba ahuyentar con espaviento aquellos seres. Lentamente nuestros rostros se acercaron tanto que su aliento invadió mis sentidos, olía a ¿Tostadas?... ¿y leche?; di un respingo al abrir mis ojos y encontrarme el rostro de una de las criadas que sostenía una enorme bandeja que parecía ser mi desayuno.

No me había dado cuenta de lo hambriento que estaba hasta que engullí la enorme cantidad de comida en un santiamén. Suspiré y me desperecé dolorosamente; de pronto noté la esquina de un pequeño papel bajo el platón de panecillos. Era una nota de Ashley que decía:

Joven Ethan:

Discúlpeme por no haberle llevado el desayuno personalmente, pero resulta que hoy mi tutor ha venido muy temprano y he empezado mis lecciones del día antes de lo previsto; he pasado por su habitación a primeras horas de la mañana, pero lucía tan apacible que no me atreví a interrumpir sus sueños. Espero disfrute su comida; nos veremos luego.

Ashley.

Releí varias veces aquellas cortas líneas, detalle su pequeña y coqueta caligrafía, la dulzura que destilaba cada una de sus palabras. Plegué delicadamente el papel y lo escondí entre mis pertenencias que habían colocado junto a mi cama. Pase un largo rato de esa mañana examinando mis golpes y magulladuras, algunos cardenales se oscurecían formando enormes manchas negruzcas en mi piel, mi muñeca derecha estaba rota, eso lo sabía muy bien, y de seguro un par de costillas. Me incorporé dolorosamente e intenté caminar por la habitación. Cada paso que daba desataba una horrenda oleada de dolor en mi cuerpo; pero el pensar en Ashley me daba fuerzas para seguir intentándolo. Estuve varias horas caminando de acá para allá, de un extremo de la habitación a otro, poco a poco el dolor disminuía.

Estuve esperando por ella durante varias horas, hasta que finalmente pude escuchar el momento en que sus pisadas se dirigían a mi habitación. A estas alturas, ya era capaz de reconocer sus pasos, y diferenciarlos del resto. Me tendí de nuevo en la cama. Esperando a que ella llegara, cuando abrió la puerta, simplemente me robo el aliento. Se veía demasiado radiante, llevaba una sonrisa que decoraba sus labios, de manera magistral. Llevaba un vestido violeta, lleno de encajes y holanes, que la hacían lucir sumamente femenina, y destacaban la blancura de su piel, y lo rosadas de sus mejillas. Comenzó a caminar hacia mi cama, y en un hilo de voz le pedí que se detuviera. Ella hizo una graciosa mueca ante mi petición, pero detuvo su andar; ahí donde se encontraba, un rayo de luz del sol de la tarde, le pegaba directamente, podía ver como hacían resplandecer su piel, ella inundaba la habitación con su dulzura, y su sola presencia ocupaba toda mi mente. Me quede sin aliento, era la imagen más hermosa que hubiese visto, o que por lo menos recordara haberlo hecho.

Ella ladeo la cabeza, tratando de estudiar mi expresión. Suspire ruidosamente
-         Discúlpame, es que te ves hermosa esta tarde, de verdad, me robaste el aliento- Ella se ruborizo aún más y acorto la distancia que había entre nosotros.

-         Creo que se golpeo la cabeza, más fuerte de lo que pensábamos- yo reí ante su pequeño chiste y le respondí.

-         Me golpee la cabeza, pero eso no significa que este ciego, o que no sepa reconocer la belleza cuando la veo.

Ella río avergonzada, mientras yo extendía mi mano pidiendo las suyas. Temí que me rechazara, pero ella pareció aceptar de buena gana mi atrevimiento, poniendo sus delicadas manos entre las mías. Conversamos el resto de la tarde, nuestros temas eran muy variados. Y las sensaciones que ella provocaba en mí eran cada vez más intensas y puras. Me descubrí enamorándome de ella, y no me desagradaba para nada la idea, salvo por aquella sensación que me acosaba todo el tiempo, ese sentimiento de que estaba olvidando algo de suma importancia.

Pasaba el tiempo y mi recuperación era realmente lenta, pero en su compañía, mi dolor era más llevadero. Un mes pasó velozmente, mis heridas estaban prácticamente sanadas. Los días en la mansión eran cálidos y soleados, los rayos del sol rozaban mi piel mientras almorzaba en el jardín con Ashley; mi muñeca era lo único que faltaba por sanar, los cardenales eran ligeras manchas verduscas sobre mi piel, y los amplios cortes que se abrían en todo mi cuerpo ahora eran simples líneas rosadas. Mi cabeza reposaba en el regazo de Ashley mientras ella despeinaba juguetonamente mi cabello. Su larga melena pelirroja bailaba y se mecía con el viento mientras que su mirada perdida permanecía en el bosque.

Su rostro estaba lívido, con una nota de inquietud; algo pasaba, de eso estaba convencido. Me incorporé suavemente y la miré fijamente a los ojos.

-         Ash, ¿qué pasa?- le pregunté tomando una de sus manos.

-         Nada Ethan… bueno en realidad sí.- dijo reconsiderando su respuesta.- la verdad es que, mis padres vuelven esta semana. Y, les he hablado muchísimo de ti en mis cartas.- dijo con su rostro de un brillante color carmesí.- así que están ansiosos por conocerte. No te lo dije antes para no incomodarte…- la última frase salió a borbotones de entre sus labios.

Estallé en risas ante su preocupación y apreté suavemente su mano. Ella suspiro ruidosamente, mientras, yo acomodaba un mechón de cabello, que jugueteaba con el viento.
-         ¿Y bien? ¿Cuál es el problema?-  ella mordía su labio inferior, con una expresión preocupada, entonces lo deduje. -A ellos no les parece bien mi presencia ¿Verdad?, No te preocupes, en cuanto lleguen partiré, buscare un lugar donde quedarme en el pueblo, mientras recobro la memoria.

Ella se apresuro a contestarme, -No, no, no es eso. Es solo que...- Dejo la frase a medias, mientras esquivaba mi mirada. Yo yo tome su rostro y la obligue a verme, ella estaba completamente sonrojada; espere pacientemente hasta que reunió el valor suficiente para contestarme, -Ellos piensan que somos algo más; por eso quieren verte.

Pasé saliva ruidosamente mientras ella jugueteaba con sus dedos y su rostro seguía teñido en un oscuro color rojo. Mi mente giraba, sentí vértigo y cerré mis ojos antes de suspirar. Ella parecía incómoda y avergonzada, ¿Acaso lo decía porque se sentía obligada? ¿Acaso había dicho aquello para alargar mi estancia aquí? Yo la amaba, de eso estaba completamente seguro, era impropio pero a estas alturas no me importaba. Una tristeza como ninguna se desató en mi pecho y yo luchaba contra las lagrimas para que no se derramasen en su presencia. Respiré fuertemente antes de contestar.

-         Señorita Livington, no debió hacer eso... no tengo problema en irme, no causaré más incomodidades, ni interferiré en su vida nunca más- dije, sin querer mi voz se quebró en la última frase mientras me incorporaba y comenzaba a caminar hacia la casa. ¿cómo pude tratarla de ese modo? ella que me había salvado la vida, ella a quien amaba como a nadie en este mundo.

Ella corrió detrás de mí con lágrimas en sus ojos, algunas se desbordaban y corrían velozmente manchando sus mejillas. Tomó mi brazo y tiró de mí.

-         -Ethan, por favor. No es eso lo que quise decir... perdóname por favor.- dijo pasando sus dedos suavemente por mi rostro.

-         Ashley, no quiero causarte más problemas. No quiero seguir interfiriendo... no tengo un ayer, ni un mañana...- dije intentando deshacer su fuerte apretón.

-         No, Ethan... no me importa un futuro, ni una herencia, ni lo apropiado... solo me importa el presente, solo me importas tú, ¿acaso no me entiendes?- dijo en medio de sollozos. Mi corazón dio un vuelco, ¿acaso dijo lo que oí?... me ama, ¡lo hace! me dije a mi mismo, en mi interior gritaba de la emoción; sin embargo mi semblante era frugal. Ella cubrió su rostro con las manos y sollozó fuertemente, respiró un par de veces y me miró con los ojos llenos de lágrimas.- Le suplico me disculpe, fue impropio e incorrecta mi observación.

Cuando terminó de decir aquello corrió entre sollozos, se adentró a la casa y sentí un portazo en el interior. En ese momento salí de mi ensimismamiento, me amaba y yo la había herido; le había hecho pensar que no le correspondía cuando cada parte de mi clamaba por ella. Entré a la casa y caminé hacia su cuarto, de pronto vi a su nana, la señorita Esther de pie en el umbral de la puerta. Me acerqué tímidamente y ella dio un asentimiento indicándome que entrara.

Nunca había estado allí, sus paredes blancas hacían que la luz se reflejase y se esparciese por toda la habitación. Había libros por doquier, un ventanal formaba parte de la habitación, ocupando una veintena de metros, junto a él se encontraba un caballete cubierto con una tela de suave color crema. El rostro húmedo de Ashley me miró asombrado, sus cabellos rojizos se adherían a sus mejillas humedecidas y sus ojos se encontraban rojos y llenos de lágrimas, sonreí ligeramente y di un paso hacia ella con mis manos extendidas. Rápidamente se sentó en el borde de la cama y me observó mientras me acercaba.


3 comentarios:

Karen dijo...

OH MY JESUS CHRIST ESTUVO FENOMEFANTASTIMARAVIGUAU!!!! ME GUSTOOOOO... EN DONDE ESTA SARA???!!! QUIENES SON LOS DE LAS CAPAS NEGRAS!!! SON VAMPIROS VERDAD!!! OMG SE LA LLEVARON A VOLTERRA PORQUE SEGURO ELLA VA A TENER UN DON SUPER ESPECIAL!!!! ESTO SE ESTA PONIENDO MUYYYY BUENO....
DE SEGURO ELLA SE ENAMORA DE DEMETRI O FELIX PREFIERO FELIX ME CAE MEJOR Y SE HACEN VEGETARIANOS... XD NO ESTA ULTIMA PARTE NO LA CREO PERO LO DE VOLTERRA SI....
LAS QUIERO MIS AMIGOSOSAS DEL ALMA LAS ADMIRO MUCHISIMO.... SON LAS MEJORES..... LAS ADMIRO TANTO....

Mapita:)*! dijo...

OMG!!
maravilloso el capitulo♥
estuvo ermosisimo, romanticoxD
ahhh(suspirando) me encanto♥
encerio chicas, pero espero qe recuerde pronto que debe buscar a su hermana!!!
es vampiraa??
:O ooo ya qiiero saber maas!!
me encantaa la historia
encerio quiero saber maas!!:)
espero qe posteen prontoxD
esta super romantico como el habla de ella:)♥
& como le declaro su amor ella TT__TT
chicas escriben maravilloso♥
lasquiero besos♥

xochitl dijo...

Querida Karen:
Es indudable que tienes un gran talento al igual el de tus colaboradoras y amigas,que hacen de ésta historia algo realmente emocionante, y con una forma muy clara y esplicita de la misma trama, muchas felicidades y claro que seguiré muy de serca tu blog, mis mas sinceras felicitaciones y espero impaciente el proximo cap...saludos y besos.

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